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Los cambios en las funciones normales del cuerpo, ya sean causados por los genes o por el medio ambiente, pueden provocar la presión arterial alta. Estos cambios incluyen cambios en el equilibrio entre los líquidos y la sal en los riñones, así como cambios en el sistema renina angiotensina aldosterona, en la actividad del sistema nervioso simpático, y en la estructura y función de los vasos sanguíneos.

La enfermedad coronaria puede causar complicaciones graves. Adoptar un estilo de vida saludable y recibir cuidado continuo y apoyo emocional, puede ayudar a prevenir o retrasar la enfermedad coronaria y sus complicaciones. Conozca los signos de alerta de un ataque cardíaco y llame al 9-1-1 para ayuda de urgencia si piensa que está teniendo un ataque cardíaco.

El médico diagnostica la enfermedad coronaria con base en sus antecedentes médicos y familiares, sus factores de riesgo, un examen físico y los resultados de una o más pruebas e intervenciones médicas como electrocardiograma (ECG), prueba de esfuerzo, ecocardiografía, radiografía del tórax, pruebas de sangre, angiografía coronaria y cateterismo cardíaco.

Los síntomas frecuentes de la enfermedad coronaria incluyen angina y dificultad para respirar. Las complicaciones de la enfermedad coronaria pueden ser ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca y arritmia.

Ciertas características, enfermedades o hábitos pueden elevar el riesgo de tener enfermedad coronaria. Los principales factores de riesgo incluyen concentraciones poco saludables de colesterol en la sangre, presión arterial alta, fumar, resistencia a la insulina, diabetes, sobrepeso u obesidad, síndrome metabólico, falta de actividad física, alimentación poco saludable, edad avanzada y antecedentes familiares de enfermedad coronaria de aparición temprana.

Las investigaciones indican que la enfermedad coronaria comienza cuando ciertos factores lesionan las capas internas de las arterias coronarias. La acumulación de placa o los coágulos de sangre pueden estrechar gravemente o bloquear las arterias coronarias, lo cual reduce el flujo de sangre rica en oxígeno que llega al corazón.

La enfermedad coronaria es una enfermedad en la cual una sustancia cerosa llamada placa se acumula dentro de las arterias coronarias a través de muchos años. Estas arterias suministran sangre rica en oxígeno al músculo cardíaco.

Después de un ataque cardíaco, usted necesitará tratamiento para la enfermedad coronaria con el fin de prevenir otro ataque. Su médico puede recomendarle cambios en el estilo de vida, medicamentos y un programa de rehabilitación cardíaca.

El médico diagnosticará el ataque cardíaco con base en los signos y síntomas del paciente, sus antecedentes médicos personales y familiares, y los resultados de una o más pruebas como electrocardiograma (ECG), pruebas de sangre y angiografía coronaria.

Ciertos factores de riesgo hacen que sea más probable que usted sufra de enfermedad coronaria y tenga un ataque cardíaco. Los factores de riesgo que usted puede controlar incluyen fumar, presión arterial alta, concentraciones altas de colesterol en la sangre, sobrepeso y obesidad, una alimentación poco saludable, falta de actividad física y altas concentraciones de azúcar en la sangre debido a la resistencia a la insulina o diabetes. Los factores de riesgo que usted no puede controlar son la edad, los antecedentes familiares de enfermedad coronaria de aparición temprana y la preeclampsia.